E1. INSTALACIÓN, EXPERIENCIA COMO PÚBLICO.






Torsiones elípticas (1996-98) de Richard Serra, es una serie de piezas instalativas de acero patinable bastante conocidas, que pude visitar el año pasado en el Museo Guggenheim de Bilbao en la exposición conocida como La materia del tiempo, situada en una de las mayores salas del museo.

La instalación consistía en unas ocho piezas formadas por planchas de acero cilíndricas, elípticas, de tono oxidado y de un enorme tamaño, dispuestas por toda una sala blanca de techos altos, y superpuestas ofreciendo al espectador largos espacios por donde poder transitarlas.

El caminar entre esas formas escultóricas era bastante interesante, hasta divertido. Había tramos muy largos, algunos estrechos y muy oscuros, con carácter de juego, permitiendo al espectador sentirse como un descubridor. El factor sonoro estaba también muy presente, puesto que el propio material generaba vibraciones al tacto y un gran eco si te ponías a aplaudir como yo, por ejemplo.

Recuerdo que estando entonces con un amigo, decidimos sacarle más provecho a la experiencia girando sobre nosotros mismos hasta que no pudimos estar más mareados, y que nos tambaleamos hasta una pieza espiral infinita de la que salimos a duras penas y no muy silenciosamente, pero eso sólo mejoró la experiencia. Creo que Richard Serra hubiera hecho lo mismo sinceramente, somos todos iguales.

En conclusión, y como análisis un poco más formal de la instalación, decir que pese a lo receptivos que somos los estudiantes de arte, vi la propia obra como una muy buena invitación al espectador común a percibir el espacio de una manera muy interesante, consiguiendo así la iniciativa directa del mismo para transitarlo, siendo capaz de ayudarle a ver más, a escuchar más y a jugar más.

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